3 de junio de 2015

Estulticia

Un plantel desvergonzado, desilusionado y desganado se comió al cuarto técnico en menos de dos años. Pero, ¿como se llegó a esta situación?



En el año 2012, cuando el hombre visera llegó para salvarnos de la temida pérdida de categoría que sufrieron "aquellos", la situación del club era clara. Separados los díscolos de la Comisión Directiva, el club se manejaba en piloto automático, a la espera de una resolución favorable del juez respecto de los montos y los plazos a pagar de la deuda heredada de Lopez y sus múltiples cómplices. Es decir, que la CD se manejaba como un síndico, mientras en lo futbolístico Newell's estaba a punto de caer por el barranco.
La decisión de la llegada de Martino no vino sola. Hubo una decisión de invertir mayor cantidad de dinero en lo que se refiere a futbol profesional, esa columnita de excel que aparece en los presupuestos, con numeros de seis, siete y hasta ocho cifras. Así, llegaron los jugadores necesarios para recuperar algo de competitividad. Pero nunca estuvieron en los cálculos los regresos de Heinze, Scocco y Rodriguez. Los tres jugadores le dieron un salto de calidad tan grande al plantel, que de ser un equipo planteado para salvarse del descenso pasó automáticamente a candidato al título y a ganar la copa Libertadores, cosa que claramente no estuvo prevista ya que el plantel quedó muy corto y las inferiores no estaban en ese entonces lo suficientemente desarrolladas como para proveer todas las piezas de recambio necesarias.
Pasada la tan gloriosa época de un futbol que hacía a la hinchada dejar de cantar para ponerse a aplaudir mientras los jugadores triangulaban, rotaban y seguían tocando sin importar nada, llegó el momento de las decisiones importantes para la CD, aquellas que hasta hacía pocos días atras las tomaba el gran Tata, por ese entonces emigrado a Barcelona.
La idea -que jamas fue transmitida, debido al atraso imperante que el CANOB tiene en la comunicación- fue tratar de mantenerse protagonistas de la mano de una fuerte inversión y jugadores experimentados, con el fin de mantenerse en el status de equipo importante del futbol argentino, pelear torneos, participar de competiciones internacionales y vender uno o dos jugadores por año, a modo de engrosar esa otra columnita de excel de los presupuestos llamada superávit.
La intempestiva salida de GDM precipitó de algun modo la llegada de Alfredo Berti. El debutante entrenador tomó las riendas de un equipo que tan solo 2 semanas atras había sufrido uno de los stress mas importantes tras la eliminación en Minas Gerais de la Libertadores, y se lanzaba al ruedo sin pretemporada ni refuerzos, tan solo Trezeguet por Urruti y NADIE por Vergini y Scocco. Es decir, un plantel de por si corto y además extenuado mentalmente -y también físicamente-, debía ser comandado por un técnico inexperiente de notables resultados en quinta división pero bastante pobres en reserva. 
Si bien es injusto hablar con el diario del Lunes del lamentable desenlace que tuvo ese torneo, si parece bastante previsible ante el mensaje de la dirigencia, mucho mas parecido a un "ahi tenés, arreglate" que otra cosa, para un DT que no tuvo experiencias en otros equipos y mucho menos a la hora de pilotear malos momentos. Los resultados se muestran entonces mucho mas obvios, con un técnico que en vez de promover jugadores juveniles se apoyó en los mas grandes (Heinze, Bernardi) para poder soportar de este modo la presión, y terminamos siendo eliminados de la Copa Libertadores de local por jugar con Guillermo Ortiz de marcador lateral -no le estoy cayendo al ahora jugador de Aldosivi, solo es un ejemplo para exponer como los errores se van apilando hasta formar una montaña de desaciertos imposible de escalar en el final de una temporada-.
Mas se puede acentuar sobre el proceso siguiente, en el que se volvieron a cometer los mismos errores. Por parte de la CD, de elegir a un técnico inexperiente por ser de la casa, que conduzca la situación, sin traerle refuerzos. Al DT, por seguir privilegiando el mismo plantel agotado, el cual brindaba cada vez menos luces, y los jugadores también, que no se salvan del escarnio, con un rendimiento menor según transcurrían los partidos, entregándose casi mansamente en los dos clásicos del 2014, sin demostrar rebeldía ni mayor voluntad para cambiar la situación salvo excepciones, e intentando demostrar hacia afuera una unión grupal que mas sabía a camarilla, teniendo en cuenta la incertidumbre que generan los malos resultados en el ambiente. 
El 2014 terminó con una sucesión de errores, del cual uno deduce que fueron mayormente compartidos entre dirigencia, técnicos y jugadores. Y lo deducimos, porque la comunicación siguió siendo pésima, teniendo que enterarnos siempre por parte de los trascendidos que le llegan a los periodistas, como si el club estuviera cerrado al igual que sucedía en las épocas de Lopez presidente. Esos déficits en la comunicación son el principal problema, ya que el socio termina escuchando en una asamblea por boca de Ricobelli que "no se obtuvieron los resultados que esperábamos", como único mensaje. Es decir que la misma dirigencia parece privilegiar desde sus dichos el qué sobre el cómo, sin importar nada mas.
Pero no conseguir los resultados deseados al final del camino no significa que todo lo demás haya funcionado correctamente: en el medio se prendieron fuego ídolos de la institución como Raggio, Berti, Lunari y Cejas (con esa misma soberbia y obstinación con la que se dirigen a los socios diciendo que los resultados fueron magros pero la culpa fue de otros, usaron y desecharon a quienes hasta entonces venían siendo útiles en Bella Vista), casi no se promovieron juveniles, el plantel se fue desvalorizando (de manera, insisto, previsible al no corregir sus deficiencias), se dejó de entrar en competencias internacionales y hasta se perdieron partidos lugareños de forma consecutiva.
Pero desde luego, esto no fue el único inconveniente.  Cuando Martino emigró y la conformación del plantel quedó en manos de la dirigencia, esto significó el festival de los representantes allegados, quienes le solucionaban los problemas con jugadores baratos. Así se mantuvieron jugadores que aportaban poco y nada, como Muñoz, Tonso, Orzan, Lazzaroni, Corvalan o Gabbarini, quienes tapaban la aparición de juveniles antes mencionada y el contraste era muy notorio al poner estos lastres en la cancha junto a jugadores de la talla de Banega, Casco y Rodriguez,
Así llegamos a la era del Tolo Gallego, un técnico que cumplía todos los requisitos puertas hacia afuera (de la casa, querido por la gente, con espalda para bancar críticas), pero que no era del agrado de los referentes ni de la propia dirigencia, Se confiaba en el Tolo para poner a punto el plantel físicamente, solucionar los problemas defensivos, hacer una depuración y de ese modo mantenerse lo mas competitivo posible, con la tranquilidad que te genera la posibilidad de perder algún partido circunstancial por ser un torneo anual. Pero sobretodo, se confiaba en el para legarle toda la responsabilidad del fútbol profesional de un club que al día de hoy permanece siendo dirigido en piloto automático, donde cada área del club se maneja como quiere/puede al no haber una línea directiva clara ni un objetivo trazado mayor que el de superar el día a día, y el fútbol no escapa a esta lógica.
Pero esas diferencias iniciales quedaron de manifiesto a lo largo del semestre. Primero en la llegada de los refuerzos, cada uno de menor calidad que el anterior. Y luego, en el poco compromiso que demostraron los jugadores, quienes ante la tercer jugada preparada y practicada en la semana que no funcionaba en ataque, bajaban los brazos y dejaban a todo Newell's a gamba, a merced de los mismos errores del pasado, que devienen por un lado por esa falta de planificación para optimizar los recursos del plantel y por otra parte también por falta de concentración y motivación en los hombres que salen a la cancha.
Y es en este momento de desconcierto, cuando la CD volvió a demostrar su poca sapiencia a la hora de comandar el fútbol profesional, en el que volvemos a buscar por todos lados alguien en quien apoyarnos. Pero ese líder que salve al club ya no está. Mateo y Scocco nunca lo fueron, ni tampoco Maxi Rodriguez, a pesar de haber tirado del carro y haberse puesto el equipo al hombro durante un año y medio (desde la semifinal en Belo Horizonte hasta el último partido de 2014).
Quizás sea esta la razón por la que surgen tantos trascendidos y rumores desde las mismas entrañas del club (que Bielsa, que Martino, que Bernardi, que Heinze, que bla bla bla). La iconodúclia que genera la permanente y ya casi adictiva necesidad de ídolos que se hagan cargo de la situación mientras el club funciona en piloto automático, probablemente genere una exacerbación de los egos de aquellas personas a las que si bien idolatramos y estaremos eternamente agradecidos, resulta peligrosa para momentos como este.
El presente nos encuentra con el círculo virtuoso cerrado, de vuelta a donde empezamos a finales de 2011. El fin de ciclo no es ya solo para un técnico, sino para toda una forma de conducción que nos llevó a dilapidar todo aquello que Martino construyó al constituirse no solo como técnico, sino tambien como manager y hasta como dirigente (todos recordarán cuando salió a pedir inversores para poder traer a Casco).
Y lamento decir que esto no va a cambiar por mas técnicos que pasen con mayores o menores pergaminos. Si no se traza un horizonte mínimamente a mediano plazo, que permita dilucidar realmente como debe ser conformado el plantel, con cuantos jugadores hay que reforzarlo, cuantos se pretenden vender, cuantos se deben ir, que juveniles promover, cual es la manera de salir a la cancha a jugar y que ese mensaje quede claramente expuesto ante todos, seguiremos en el derrotero de la irregularidad y la incertidumbre hasta que aparezca otra estrella rutilante en el firmamento, capaz de erigir todo un proyecto por sí mismo, como fue el gran Tata.
Me parece lo suficientemente apropiado que este post salga un 2 de Junio, fecha de nuestro mayor orgullo, para llamar a la reflexión a todo el universo leproso y que volvamos a pensar que clase de Newell's es el que queremos y como lo vamos a llevar a cabo, para no andar dependiendo siempre de figuras a las cuales luego prendemos fuego, en una suerte de iconoclasía perversa de las que nos quieren hacer creer que la histeria de la gente es la principal culpable, cuando el desgobierno y el desconcierto general hacen prever los malos resultados desde su origen.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Suscribo lo que dice "Bruno Gimenez".

Anónimo dijo...

En un lugar pusieron "jugador" de Aldosivi, refieriéndose a Berti... ¿¿q están escribiendo?? Berti dejo de ser "técnico" hace rato...

Anónimo dijo...

Se refería a Ortiz, hoy a préstamo en Aldosivi...

Anónimo dijo...

Muy buena nota lepra, abrazo colosal y esperemos lo mejor para nuestro querido Newell's, el más grande del Interior !!

Javier Gustavo Santich dijo...

No me gusta la foto con Griffa tachado, es un COLOSO de nuestra historia. Si el hubiera agarrado inferiores, hoy teníamos un par de estrellas más en el escudo.
Theiler en casi 7 años de trabajo no sacó a nadie de abajo, así nos va ahora, no hay recambio, esta es la herencia de haber manejado mal las inferiores.
Saludos

Anónimo dijo...

que frio que hay por estos lados la puta madre

Anónimo dijo...

A Bos te prometio un campeonato usandizaga??????????????

Bruno Gimenez dijo...

Javier, es un chiste en referencia a como antes de la eleccion de Theiler se pedía juntar llaves viejas para hacerle una estatua y una vez que se eligió al manguera por poco no pasó a ser mala palabra en el club. Lo ultimo que haremos es ponernos en la vereda contraria al maestro que tanto nos ayudo a ser quienes hoy somos. Saludos